Desde el 2008, cada 15 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Democracia, un ideal reconocido mundialmente y es uno de los valores básicos y principios de las Naciones Unidas. Incluso, como proceso y objetivo puede convertirse en una realidad para que todos puedan disfrutarla en cualquier parte.
Los valores de la libertad, el respeto a los derechos humanos y el principio de la celebración de elecciones periódicas por sufragio universal son elementos esenciales de la democracia.
La Asamblea General de la ONU considera que la democracia «es un valor universal basado en la libertad del pueblo para determinar sus sistemas políticos, económicos, sociales, y culturales, y su plena participación en todos los aspectos de su vida».
Este 2020, la crisis causada por la pandemia ha generado importantes desafíos sociales, políticos y legales a nivel mundial. Es fundamental que los estados de todo el mundo sigan defendiendo el derecho, protegiendo y respetando las normas internacionales y los principios básicos de legalidad, así como el acceso a la justicia y los recursos.
“La mejor respuesta es aquella que responde a las amenazas inmediatas mientras se protegen los derechos humanos y el estado de derecho», explicó el secretario general de la ONU, António Guterres, en unas declaraciones en las que instaba a los gobiernos a ser transparentes, receptivos y responsables en respuesta al COVID-19.
En todo el mundo, las organizaciones de la sociedad civil han respondido al llamado de acción de la ONU para abordar y contrarrestar la amplia gama de formas en que la crisis del COVID-19 puede afectar la democracia y aumentar el autoritarismo.
Las Naciones Unidas piden a los gobiernos que las medidas que se adopten sean necesarias, proporcionadas y no discriminatorias. Desde luego, es todo un reto proteger la democracia en esta situación de pandemia, donde muchos derechos fundamentales están siendo recortados en pro de la salud.
Con información de las Naciones Unidas