Una nueva jornada de protestas se llevó a cabo este domingo en Minsk, capital Bielorrusia, contra el presidente Alexander Lukashenko. La marcha de hoy marca el fin del ultimátum fijado por la oposición para que este se retire, pues en caso contrario llamará a una huelga general.
Como todas las manifestaciones anteriores, las estaciones de metro del centro fueron cerradas para impedir que la gente se congregue. Además, el internet móvil fue bloqueado.
Bielorrusia se ha visto con protestas sin precedentes en contra de la reelección de Lukashenko. Un proceso considerado fraudulento. El movimiento opositor sufre desde entonces una constante represión de las autoridades, que han conducido a la detención o al exilio en el extranjero de todas sus principales figuras.

Las protestas han dejado desde entonces al menos tres muertos y decenas de heridos. Tras haber llevado a cabo una dura represión en los días posteriores a las elecciones, las autoridades han amenazado este mes con disparar balas reales para dispersar a los manifestantes, si “ello fuera necesario”.
Svetlana Tijanóvskaya, principal líder opositora, está exiliada en Lituania producto de las amenazas del gobierno de Lukashenko. Desde allá lanzó este mes un ultimátum al mandatario al darle hasta este domingo para que se retire. En caso contrario convocarán una gigantesca manifestación y una huelga general.
La oposición reclama el fin de las presiones policiales, así como la liberación de todos los “presos políticos” y, por supuesto, la renuncia de Lukashenko. También tiene el apoyo pleno de la UE y dirigentes como la alemana Angela Merkel y el francés Emmanuel Macron, aunque a raíz de esos respaldos, Rusia, aliada de Bielorrusia, denuncian un complot occidental.