Por séptimo día consecutivo, las calles de Varsovia, Gdansk, Cracovia, Lodz, Poznan y Breslavia en Polonia han sido el escenario de múltiples protestas contra la nueva ley del aborto, la cual es aún más restrictiva.
Las manifestaciones que han tenido lugar en la ciudad de Varsovia, ha congregado a miles de personas frente a la sede del Parlamento polaco.
Estas protestas se unieron a la huelga general de mujeres convocada por colectivos feministas, que ha sido secundada por otros sectores de la sociedad, como trabajadores y funcionarios públicos, colectivos de estudiantes, e incluso algunas empresas privadas.
Recordemos que el pasado miércoles salió adelante una propuesta de Ley y Justicia (PiS, por sus siglas en polaco) ante el Tribunal Constitucional en 2019 para que se ilegalizara incluso el aborto en casos graves de malformación del feto.
En 2019, el aborto por malformación del feto supuso el 97% de los 1.110 abortos que se practicaron en hospitales polacos. El síndrome de Down fue la justificación de más del 40% de los abortos legales practicados en el país el año pasado.
Actualmente, el aborto también es legal en el país si el embarazo pone en riesgo la vida o la salud de la madre, así como cuando es resultado de violación o incesto.
Las críticas de los manifestantes no sólo han ido dirigidas hacia el PiS y su líder, el que fuera primer ministro de Polonia entre 2016 y 2017 Jaroslaw Kaczynski, sino también hacia el Constitucional al que acusan de estar politizado y bajo la influencia del partido gobernante de extremaderecha.
Por su parte, la Iglesia Católica, cuyos altos representantes acogieron con alborozo la decisión del Constitucional, o las organizaciones antiabortistas, han sido también el blanco de las críticas de las miles de personas que se han manifestado, no sólo en Varsovia, sino también en otras ciudades como Gdansk, Cracovia, Lodz, Poznan y Breslavia, así como en algunas embajadas polacas en el extranjero.
Como respuesta a las manifestaciones Kaczynski, quien apareció ante los medios de comunicación a última hora del martes, acusó a los responsables de las protestas de querer “destruir Polonia” y pidió a los votantes y militantes del PiS que defendiesen “las iglesias a cualquier precio”, después de que algunas de ellas amanecieran con pintadas e incluso se llegaran a interrumpir eucaristías.
La oposición en el Parlamento ha atacado a Kaczynski, refiriéndose a él como el “pirómano” que pide “apagar el fuego” y le han responsabilizado de “lo que está sucediendo en las calles de las ciudades polacas”, pues son “una consecuencia de sus propias acciones”.
La decisión del Constitucional, de la que se muestran en desacuerdo el 75% de los polacos según una encuesta elaborada por la empresa de consultoría Kantar, parece haber mermado el apoyo del PiS pues, según este mismo sondeo, habría caído hasta el 26 por ciento, el más bajo desde las parlamentarias de 2015, cuando obtuvo el 37% de los votos.
Con información de Europa Press