El Vaticano dio a conocer este viernes el libreto que detalla las lecturas bíblicas y las oraciones que se pronunciarán durante la Misa exequial por el alma del Papa Francisco, programada para el sábado 26 de abril en la Plaza de San Pedro.
La celebración comenzará con la antífona de entrada: “Concédele, Señor, el descanso eterno y brille para él la luz perpetua”. Luego del acto penitencial y del kyrie, el Cardenal Gianni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio y presidente de la ceremonia, dirigirá la siguiente oración colecta.
“Oh Dios, eterno pastor de almas, vuelve tu mirada al pueblo que te suplica y concede a tu siervo, el Papa Francisco, que ha presidido tu Iglesia en la caridad, compartir con el rebaño que le ha sido confiado la recompensa prometida a los fieles ministros del Evangelio”.
Para comenzar la Liturgia de la Palabra, se ha seleccionado un pasaje de los Hechos de los Apóstoles (Hch. 10, 34-43), donde San Pedro resume la vida terrenal de Cristo, su predicación, Pasión y Resurrección, concluyendo con estas palabras: “De él dan testimonio todos los profetas: que todos los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados”. Esta lectura será proclamada en inglés.
El salmo elegido para esta celebración es el número 22, con el conocido verso: “El Señor es mi pastor, nada me falta”. A continuación, se leerán en español —lengua materna del Pontífice fallecido— algunos versículos de la Carta de San Pablo a los Filipenses (Fil. 3,20 – 4,1), en los que el apóstol afirma que los creyentes son “ciudadanos del cielo” en espera de la venida de Jesucristo para la resurrección.
“Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo. Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos”.
“Apacienta mis ovejas”
El Evangelio que será proclamado en latín por el diácono Francesco Melone corresponde al capítulo 21 del Evangelio según San Juan (Jn. 21, 15-19). En este pasaje, se relata cómo el Señor invita a Pedro a reafirmar su amor, le confía el cuidado de su Iglesia y le anuncia su futuro martirio.
“Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: ‘Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?’. Él le contestó: ‘Sí, Señor, tú sabes que te quiero’. Jesús le dice: ‘Apacienta mis corderos’.
Por segunda vez le pregunta: ‘Simón, hijo de Juan, ¿me amas?’. Él le contesta: ‘Sí, Señor, tú sabes que te quiero’. Él le dice: ‘Pastorea mis ovejas’.
Por tercera vez le pregunta: ‘Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?’. Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez: ‘¿Me quieres?’ y le contestó: ‘Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero’.
Jesús le dice: ‘Apacienta mis ovejas.
En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras’.
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: ‘Sígueme’”.
Tras la homilía, que será pronunciada por el Cardenal Re, se llevará a cabo la oración de los fieles en seis idiomas: francés, árabe, portugués, polaco, alemán y chino.
Durante la Liturgia Eucarística, el rito de la Comunión estará acompañado por el salmo 129 De profundis y un fragmento del salmo 41: “Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío; mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo”.
Último elogio y despedida
Después tendrá lugar el rito del último elogio y la despedida (ultima commendatio et valedictio), en el que se encomendará el alma del Papa Francisco, suplicando “a Dios Padre, por medio del Espíritu Santo, que lo acoja en la paz eterna y lo resucite en el último día”.
A continuación, se invocará la letanía de los santos y se elevarán oraciones específicas de encomienda, pronunciadas por el Vicario General de la Diócesis de Roma, Cardenal Baldassare Reina, así como por el Patriarca de Antioquía de los griegos melquitas, Su Beatitud Youssef Absi, junto a patriarcas, arzobispos mayores y metropolitanos de las Iglesias Católicas Orientales.
El rito culminará con el Cardenal Re asperjando con agua bendita el cuerpo del Papa Francisco y perfumándolo con incienso, mientras se entona un responso. Tras una última oración dirigida por el decano del Colegio Cardenalicio, el féretro será llevado nuevamente al interior de la Basílica de San Pedro, acompañado por el canto del Magníficat.
Finalmente, el ataúd será trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, donde será sepultado conforme a los deseos expresos del Papa Francisco.
Fuente: Aci Prensa.
