La celebración del Día Mundial de los Primeros Auxilios llega este año con un agravante: la pandemia de Covid-19 que azota al mundo entero. Las primeras acciones para socorrer a una persona en medio de una emergencia ahora nos exponen a un posible daño mayor.
Desde el año 2000 organizaciones como la Cruz Roja y la Media Luna Roja han promovido la concientización sobre la importancia de saber cómo actuar en los primeros instantes de un accidente o emergencia de una persona. Lamentablemente, las buenas intenciones de una persona pueden llevarlo a ser una víctima del terrible virus.
La conocida maniobra de respiración cardiopulmonar o RCP, por ejemplo, amerita que quien auxilia deba exponerse a la respiración directa de otra persona. El método de transmisión principal del coronavirus es a través de la aspiración de gotículas de saliva.
Los cambios más importantes radican precisamente en esa maniobra que ahora amerita cuidados mayores. Usar un pañuelo fino en la boca y nariz del asistido para disminuir el riego de propagación del virus; La desinfección de manos con agua y jabón o alcohol al 70% después de asistir a alguien e incluso usar el teléfono en manos libres, son algunas de las previsiones a tomar.
La decisión queda entonces en manos de quien asiste, pudiendo ayudar considerablemente a la supervivencia de una persona en apuros. Se vuelve entonces una difícil y personal decisión el socorrer a otros.
