Iglesias cubanas instan al gobierno de Díaz-Canel a escuchar, no reprimir

por | Jul 20, 2021

Las iglesias de Cuba han defendido a quienes participaron en protestas sin precedentes e incluso establecieron una línea directa para asesorar a las familias de los detenidos, una señal de la creciente audacia de los líderes espirituales en la isla comunista.

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Las protestas estallaron en todo el país el 11 de julio contra la escasez de medicamentos y alimentos, los cortes de energía, el aumento de Covid-19 y las restricciones a la libertad. El gobierno culpó a los ontrarrevolucionarios que, según dijo, estaban explotando las dificultades causadas por las sanciones de Estados Unidos desde hace décadas.

Desde entonces, cientos de manifestantes, activistas y periodistas han sido detenidos, según grupos de derechos humanos. Las autoridades dicen que están procesando a quienes instigaron «disturbios antipatrióticos» y cometieron actos de vandalismo.

En los días posteriores a las protestas, la iglesia católica romana dominante, otras religiones y los masones emitieron declaraciones a favor de la libertad de expresión. Después de décadas de represión tras la revolución de 1959, una expansión de las libertades religiosas en la década de 1990 ha dado a los grupos religiosos una mayor autonomía que cualquier otra organización no afiliada al Partido Comunista. Pero tal franqueza aún es poco común en Cuba, donde siguen vigentes importantes restricciones a la disidencia.

«En medio de las dificultades, las protestas de los últimos días y también las detenciones, la represión, la Iglesia quiere rezar por todos los cubanos, por toda Cuba», dijo Dionisio García, arzobispo de Santiago de Cuba, la segunda ciudad más grande del país, en un comunicado el domingo.

El pueblo cubano necesita cambios para sentir esperanza, dijo en la Iglesia de la Virgen de la Caridad de El Cobre, patrona de un país donde se estima que el 60% son católicos bautizados.

Las denominaciones protestantes también respaldaron el derecho de los manifestantes a expresarse, y la Iglesia Metodista afirmó en una publicación compartida en las redes sociales el sábado: «El hecho de estar en desacuerdo con el sistema político no convierte a una persona en un elemento antisocial o criminal».

Todos instaron tanto a los manifestantes como a las autoridades a evitar la violencia a favor del diálogo. La conferencia de obispos católicos expresó su preocupación de que la respuesta del gobierno sería en cambio «inmovilidad» e incluso un «endurecimiento de posiciones».

La Iglesia católica en particular ha jugado un papel importante en la sociedad cubana en los últimos años, negociando la liberación de presos políticos y fomentando la distensión de 2014 con el viejo enemigo de la Guerra Fría, Estados Unidos.

Pero los críticos del gobierno han acusado en ocasiones a la Iglesia de no hacer lo suficiente para confrontar a las autoridades por los derechos humanos, a favor de una entente frágil que les permita un asiento en la mesa del poder. Eso puede estar cambiando.

En su discurso semanal a los fieles en la Plaza de San Pedro en el Vaticano el domingo, el Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano, dijo sentirse cerca de aquellas familias en Cuba que más sufren en estos «momentos difíciles».

«Rezo para que el Señor ayude a la nación a construir una sociedad cada vez más justa y fraterna a través de la paz, el diálogo y la solidaridad», dijo.

La Conferencia Cubana de Religiosos Católicos abrió el domingo una línea telefónica de ayuda para los detenidos y sus familiares.

«Esto se enfoca en brindar asesoría para la presentación de hábeas corpus, ayuda en la localización de los detenidos y orientación espiritual y psicológica para los familiares», dijo.

Mientras tanto, la Gran Logia de la Francmasonería de Cuba, una sociedad secreta que también tiene un amplio alcance, dijo en un comunicado que estaba «preocupada por el uso excesivo de la fuerza» por parte de las autoridades.

El líder masónico José Ramón Viñas fue un paso más allá, escribiendo una carta al presidente Miguel Díaz-Canel acusando al gobierno de siempre justificar los problemas del país a través del embargo comercial estadounidense en lugar de reconocer su propia responsabilidad.

Más tarde escribió en Facebook que había sido citado a una comisaría donde tres agentes lo interrogaron sobre la carta. En una muestra del creciente sentido de desafío en la sociedad cubana, dijo que sugirió que vinieran a visitar a los albañiles donde pudieran hablar en pie de igualdad.

«Cuando me fui, había un grupo de hermanos esperándome, desafiando el toque de queda a punto de comenzar. Orgullo masónico … ¡gracias, gracias!».

Fuente :Reuters

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