Las olas de calor marinas se han triplicado desde 1940, según un estudio

por | Abr 15, 2025

Los episodios conocidos como olas de calor marinas —periodos prolongados de temperaturas elevadas en la superficie del mar— se han casi triplicado desde 1940, según un estudio llevado a cabo por el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, Imedea (CSIC-UIB), junto con el National Centre for Atmospheric Science de la Universidad de Reading (Reino Unido).

De acuerdo con la investigación, publicada recientemente en la revista científica PNAS y difundida mediante un comunicado por la Universitat de les Illes Balears (UIB), el número de días con calor extremo en el mar se ha multiplicado por tres desde 1940. Esta intensificación se atribuye al calentamiento global inducido por la actividad humana, sin el cual casi la mitad de estos episodios extremos no se habrían producido.

La doctora Marta Marcos, profesora del Departamento de Física de la UIB y autora principal del estudio, señala que las olas de calor marinas «tienen consecuencias importantes para la vida marina, y afectan por ejemplo a los arrecifes de coral y a las praderas marinas».

Con el objetivo de cuantificar la influencia del cambio climático de origen antropogénico sobre estos fenómenos, el equipo investigador diseñó un modelo contrafactual de las temperaturas superficiales del mar a escala global desde 1940. Este modelo elimina las tendencias del calentamiento global, representando así un clima estable que sirve de base para comparar con los datos reales observados a lo largo de más de ochenta años.

Gracias a este enfoque, los investigadores determinaron que el 47 % de las olas de calor marinas registradas entre los años 2000 y 2020 no habrían alcanzado la categoría de eventos extremos de no ser por el efecto del calentamiento global.

Más frecuentes e intensas

El estudio también revela que el número de días al año en los que los océanos experimentan calor extremo en su superficie ha aumentado casi tres veces desde 1940. Además, el calentamiento global ha provocado, en promedio, un incremento de un grado en la intensidad de estos episodios extremos.

Como ejemplo, Marcos cita el episodio del verano de 2023 en las aguas del Mediterráneo y de las islas británicas, donde «los datos evidencian los veranos excepcionalmente calurosos que se vivieron entre 2021 y 2023, con incrementos superiores a 2 °C cada año, atribuibles al calentamiento global».

La científica añade que «esta misma responsabilidad del calentamiento global en la generación de olas de calor marinas la hemos podido observar también en episodios que se produjeron en otros momentos y en otras partes del mundo, como por ejemplo la ola de calor del noreste del Pacífico entre 2014 y 2015 o la ola de calor que afectó el mar de Tasmania entre 2015 y 2016».

El estudio concluye que a partir del año 2000 se observa una pauta de intensificación amplificada de las olas de calor marinas, lo que refuerza la evidencia del papel perjudicial del calentamiento global en los fenómenos de temperaturas extremas del mar.

El estudio también ha puesto de manifiesto la heterogeneidad en la distribución geográfica de las olas de calor marinas, revelando que el impacto del calentamiento global varía significativamente según la región. En zonas ecuatoriales y tropicales del Pacífico oriental y del Atlántico oriental, estos fenómenos se presentan con mayor frecuencia, aunque no necesariamente con mayor intensidad. Por el contrario, en regiones septentrionales del Atlántico y el Pacífico, así como en el mar Báltico, las olas de calor no se vuelven más persistentes, pero sí notablemente más intensas.

Los investigadores advierten que esta variabilidad tiene efectos profundos en la capacidad de los ecosistemas marinos para adaptarse a las nuevas condiciones climáticas. Según explican, la respuesta de los sistemas marinos no depende solo del calor extremo, sino también de la duración del evento, lo que complica aún más la adaptación biológica.

El modelo contrafactual desarrollado en esta investigación no solo permite estimar el papel del calentamiento global en estos fenómenos a nivel global, sino que también puede ofrecer información precisa a escala local y regional. Esta herramienta puede ser clave para anticipar riesgos y amenazas concretas, y resulta útil para el diseño de estrategias de adaptación y mitigación frente al nuevo escenario climático y ambiental.

Fuente: EFE.

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